Domingo día del padre, pasada la medianoche larga. Charlatanes de Feria y El Sótano, como la mayoría de las bandas locales te hacen esperar; Me gusta (no me queda otra). La espera es buena, sirve para pensar, para analizar cosas.
Pido papel y lapicera, y me pongo a escribir mientras me tomo una Sprite con hielo frente a un escenario vacio:
Tres arroyos es complicado. Faltan unos minutos (largos tal vez) para que comiencen a tocar los Charlatanes y esto es una “empty room”. No importa quién toque, siempre es igual. El frío castiga duro en la calle y las almas roqueras están más frías que el mismísimo viento. ¿No nos gustan las bandas locales? ¿Aburren? Pego una mirada y descubro que el público se trata, hasta ahora, de amigos, conocidos y familiares. ¿Los fanáticos de la música dónde están? Tristeza de la ciudad. Muy lamentable. Igual es temprano, ya vendrá la gente. Ahí vienen 2, bien. 2 más. Vamos que se llena. Un par de minitas solas (¿les gustará el rock o vienen porque sí?), una parejita más. Poco a poco va tomando color. Es fin de semana largo y muchos habrán venido de las ciudades en las que estudian para pasar el día del padre en familia, Tres Arroyos debe estar lleno de juventud. Esto tendría que explotar. No, estamos en Tres Arroyos City, la ciudad de la Fiesta del Choripán y del boliche con reggetón. ¿Será cara la entrada a $10 para ver a dos bandas en vivo? Me cansé, mejor me dejo de pensar y caliento mi espíritu roquero con Turf que empieza a sonar por los parlantes de Lokos x el Pool. ¿Turf? Bue… Ya está, ya pasa, están por empezar a tocar.
Charlatanes de Feria (ver video) es una banda más de las tantas que hay en Tres Arroyos. Un grupo de amigos que hacen la música que escuchan (y que los une) pero que no sé si proyectan con grabar un disco o llegar a ser profesionales. Tocan más por diversión y amistad que por el proyecto en si mismo (¿será así o es lo que me comí yo? ¡Puedo llegar a estar muy equivocado!). De todas maneras eso no tiene nada de malo, porque tocar por el sólo hecho de tocar ya es un acto artístico respetable. Los Charlatanes hacen, y hacer es muy bueno. Al menos no se quedan con las ganas de expresarse artísticamente.
Con temas propios y ajenos, el repertorio de Charlatanes fue entretenido, como una buena picada antes del plato principal (y creo que hasta ellos mismos se creen eso, cosa que no debería ser así porque tienen vida propia -las 2 veces que los vi siempre compartieron escenario con El Sótano, tocando como una especie de teloneros-). La banda suena pareja, sin destellos pero sin derrapes. Dos guitarras que se llevan bien y que van, por momentos, por caminos distintos (por suerte), y una base prolija que acompaña muy bien.
Si te gusta el punk argento (bandas como Attaque, Violadores, Flema, Villanos o 2 Minutos, etc) seguramente la banda te entre como piña por los oídos. Así que la próxima vez que toquen los Charlatanes, estimado amigo punky, ¡no podés faltar a la cita!
Después de una hora y monedas de show, Los Charlatanes de Feria se bajaron del escenario de Lokos por el Pool para dejarles el espacio a sus amigos de El Sótano.
Es una noche de punk rock y mientras esperamos que El Sótano suba al escenario a tocar, Fito Paez nos canta: “sus tetas y sus dos hermanas tomaban un café”. ¿Pero no es una noche punk? Mirá que hay bandas como para calentar el clima, eh. ¡Lo único que falta es que cuando El Sótano termine de tocar suene un reggetón en los parlantes del lugar!
El lugar está bastante completo de gente ahora, nos es una cosa de locos, pero tiene algo de clima, más teniendo en cuenta que es una noche muy fría y que la propuesta musical es el punk rock.
¿Qué te pasa con el punk a vos? Nada, es que es un estilo que unos pocos escuchan (y aman y no salen de ahí) y que muchos otros no entienden o no se preocupan por entender. Es, digamos, siempre lo mismo; chiqui pum, chiqui pum, y muchas guitarras gordas monotemáticas y los temas son casi todos iguales. Ah, ¿te parece? Si, es que cuesta escuchar punk, es difícil, y mirá que yo hago el esfuerzo, eh. ¡No sabés nada! Escuchate esto. Ah, mira que bueno. Pero esto tiene poco de punk. Si, es punk, es rock, en definitiva todo es rock. Bueno, no sabía. Y si no sabías, ¿para qué juzgas un estilo musical que desconocés? ¡No ves que son todos iguales! Yo puedo hablar con vos de la música que te gusta, pero si te llevo a la música que me gusta a mí vos no sabés nada. Es cierto. Te molesta, ¿no? Y claro que sí, porque yo soy abierto y escucho de todo, pero vos te hacés el abierto y si te llevo al punk no sabés para donde disparar. Es injusto. Pero hago el esfuerzo, che. ¡Esforzate más! No puede ser que no te hayas escuchado al menos, los clásicos de The Clash o el inmenso y único disco de Sex Pistols o cualquier disco de Los Ramones. ¡Pero es que me duelen las orejas! No soporto que no tengan buenos arreglos de viola o que la bata y el bajo siempre vayan por la misma carretera una y otra vez, hay desvíos muy copados también dentro de la música. Seeeee, el punk no tiene arreglos… escuchate esto. Epa, ¿y esto? Es punk. No. Si. No. Te digo que sí, es punk. Pero esto tiene vientos, percusión y unos arreglos muy buenos de teclas y violas, no parece punk. Además esto es más ska y reggae que Punk. ¿Quienes son? The Clash. Uy, que loco. No pensé que el punk era esto también. Es que vos nunca escuchaste punk, por eso decís eso. Bueno, es que pensé que el punk era como Ramones, todos los temas iguales. ¿Querés escuchar un disco pop de Los Ramones? ¡Andá, que van a tener un disco pop! Uy, que loco, es pop. Viste, no sabés nada. Y decime una cosa, ¿cómo les caen estos discos de estas bandas históricas a la mayoría de los punkies locales? Directamente no les gusta, son muy cerrados. ¿No les gustan? No lo escuchan si quiera. Pero si es lo mejor del punk que yo escuché hasta ahora. Bueno, pero no. Qué cagada, seguimos al horno. Y si. ¿Escuchamos un disquito de Floyd? Naaa, ponete otra cosa. Ah, pero vos también sos cerrado, che. No, yo me escuché todo de Pink Floyd. ¿A que este blues no? Mirá vos, no sabía que tenían un blues. Viste, la música es una caja de pandora.
El Sótano sube al escenario descargando una energía de power trío sorprendente. No tienen mejor idea que arrancar bien arriba con “Hijos de los 90”, lo mejor que yo escuche de ellos hasta ahora. Este tema representa de manera perfecta a El Sótano de hoy. “Hijos…” es una canción de su nuevo disco que ya grabaron en Córdoba en los estudios de Mariano Martínez y que, una vez mezclado y masterizado con la producción artística del mismo Mariano, saldrá a la calle con el nombre “Sin Señal”. Con este tema, aunque también podría poner como ejemplo otras letras del nuevo material, El Sótano demuestra que la lírica adolescente se la gastaron toda en “Interminable” (su primer LP). El concepto de las letras del nuevo disco, por suerte y por fin, va más por los caminos sociales, políticos y culturales.
“No quedan libros en las casas de hoy, sólo importa el tamaño del televisor, siempre el mismo programa. Nosotros somos los más vivos, estamos en el primer mundo. Nadie nos va a defraudar”.
Antes, en una pantalla semi gigante habían proyectado 3 fotovideos de lo que fue la grabación del disco. “2.0 (o conectados)” y “Doña Rosa” fueron los temas, también del nuevo material, que eligieron para los fotovideos. Hubiese preferido que las tocaran en vivo, pero algo es algo. Estas dos canciones, también power, tienen letras claras y directas que no esquivan el bulto de la realidad argentina.
El Sótano sonó mucho más prolijo, y mejor, que la última vez que había tocado en Tres Arroyos, justamente en este mismo lugar. La voz de Riki Fernandez se escuchó clarita dejando comprender las letras (muy raro en la movida local). Esta vez, Juan dejó el “clanc, clanc” de su Fender Jazz Bass para sonar más gordo pero sin excesos. Lucas, en las casi penumbras de las luces, tocó como siempre; prolijo, justo en los golpes, sin sobresaltos, y haciendo sus clásicos coros. Interesante arreglo de voces se mandan estos punkies en muchas de sus canciones, algo que me llama la atención tratándose, justamente, de punk.
Riki es otro que toca como siempre; Guitarras gordas y distorsionadas, con algunos punteos (principalmente de los temas del nuevo disco) que logran melodías muy interesantes. Pero más allá de cómo se lleva con su Gibson Les Paul, Riki es un showman de primera (si, de primera) con una conexión genial con el público y una soltura envidiable arriba del escenario. Pocos tipos como él he visto en los escenarios locales.
La perlita de la noche, por decirlo de alguna manera, fue la versión que hicieron de “Pretty Vacant” de los Pistols cantada por Juan. Ahí fue cuando dije: Estos chicos suenan muy Pistols. Y enseguida pensé: A ver cuando empiezan a sonar más The Clash.
El Sótano terminó de tocar, después de 11 temas (con un bis que tal vez estuvo de más), y como no podía ser de otra manera por los parlantes de Lokos x el Pool empezó a sonar un reguetón nomás…
Todas las fotos por Ceferino Pardo